martes, 19 de abril de 2011

Alteras mis sentidos.

Cada segundo que sé de tu existencia, me entristece, ¿por qué? pues no te tengo a mi alcance, tus ojos deslumbran desde lo alto del abismo impidiendo que mis torpes manos sean capaces de alcanzarlos y jugar con la luz que proviene de ellos. No sabes lo que es disfrutar del olor que desprendes, ese olor que te transporta al lugar prohibido de tu esencia. Si te toco me muero y si no mi vida se derrumba, pues ¿qué he de hacer contigo?, me acerco y te rozo y en paz quedamos. Mil uniones de luces, cruzándose, creando ante mis ojos tu dulce rostro en el que pienso antes de caer en profundos sueño... Y sólo puedo saborear el sonido de tu voz que me hace inspirar mi sufrido corazón. Ahora bien oye me tú y disfruta mis palabras:


De mis labios nada sale,
que quererte te dijera,
pues más te quiero en silencio
que él,
no salir de mis labios pudiera.
Tener en mente tus labios,
más cuanta vida me queda
esperando pacientemente el alba,
despertarme a tu lado quisiera
si acaricias suavemente mi cara.